Además de hacer pruebas orientadas a las mecánicas, siempre hago al menos una prueba de juego narrativa de principio a fin. A continuación no tienes un ejemplo de juego completo, sino un relato de algunos detalles.

Cereza, mi ratona curandera del arbusto se encuentra en la bodega de este barco buscando a su maestra lechuza. Capturada por un humano, se encuentra en una de las cajas que le rodean. Hasta el momento, Cereza ha podido evitar el combate y quedarse para ella unos cuantos tesoros. Siente que la siguiente caja a explorar debe ser donde se encuentre su maestra (la suma de las cartas reveladas es casi 50) pero se encuentra con una caja vacía y ningún rastro de la lechuza. Pero no está del todo vacía: mira hacia abajo y se encuentra rodeada de símbolos arcanos pintados en el suelo. Intenta abandonar la caja sin pisarlos pero falla (fracaso en salvación de DES) y los símbolos se iluminan amenazadoramente llamando a algo.

Al instante, siente cómo una gran bestia se posa sobre el suelo inundado de la bodega y huele la entrada de la caja: se trata de un gato. Rápidamente, apaga su antorcha y piensa en una forma de escapar, pero la caja solo tiene una entrada (el oráculo responde «No» a la pregunta «¿Hay otra salida?») El gato espera pacientemente a que Cereza salga, así que a esta no le queda otra salida que… hacer una nueva. Toma su hacha y hace otro agujero. Coloca su antorcha en uno de ellos para distraer al gato, que espera a que salga por alguno.

¡Funciona! (El oráculo responde «Sí»: el gato estaba vigilando el agujero equivocado). Por desgracia, Cereza hace ruido y alerta al gato, que comienza a perseguirle entre las cajas. Corre hacia otra caja en la que esconderse pero no lo suficientemente rápido (Cereza falla una salvación de DES con Ventaja contra el gato) y le corta el camino.

Asustada, intenta convencer al gato de que le deje ir. Puede que quiera algo a cambio («Sí, pero», responde el oráculo) pero el Anillo del destino no le interesa. ¿Qué es entonces lo que quiere? (Pregunté a la tabla de de desencadenantes de mi oráculo para obtener «Derrotar» y «Aventura»). El gato ríe, sabe que Cereza busca a su maestra lechuza, y le dice que es demasiado tarde a la vez que escupe unas plumas, iguales que las de ella. Cereza no está segura de que diga la verdad (ni yo, como jugador, lo sabía) y le invita a otra caja para que lo vea por sí misma.

El gato guía a Cereza al agujero de entrada de otra caja y le lanza a una trampa: la caja es el nido de ciempiés nadadores. No presta atención a los tesoros entre los huevos de ciempiés porque hay algo más dentro de esta caja inundada (el valor de la carta hace que el total sea más de 50: mi objetivo, la lechuza, está aquí. Tras preguntar al oráculo con desventaja, la respuesta a si está viva es «No»). El cuerpo de la maestra lechuza flota sobre el agua mientras los ciempiés se lo comen… Cereza se recompone, busca otra salida («Sí») y, como tanto el gato como los ciempiés están distraídos, escapa.

Desde el ojo de buey por el que entró, Cereza ve cómo el gato se da cuenta demasiado tarde de que ha escapado de la trampa. Se esconde en la cubierta, observando las estrellas y recordando a su maestra. Sea lo que sea a lo que se enfrente cuando el barco llegue a su destino, lo tendrá que superar ella sola.